domingo, 11 de marzo de 2018

El tiempo histórico




Para terminar de armar el esqueleto de la reconstrucción histórica, debemos recurrir a la Cronología, o sea, a la ciencia que tiene por objeto determinar el orden y fecha de los acontecimientos históricos.

Los seres humanos hemos utilizado diferentes herramientas para medir el tiempo como el reloj de sol, el de arena, etc y el calendario para representarlo. ¿Cómo medimos el tiempo nosotros? Empleamos unidades de tiempo: segundos, minutos, horas,días, meses, años, siglos, milenios.

El tiempo histórico, es el tiempo en el que transcurre la vida de las sociedades, desde la aparición de los primeros humanos hasta hoy. Lo representamos mediante una línea de tiempo, donde ubicamos los diferentes acontecimientos en orden cronológico (desde el más antiguo hasta el más actual).

Para ubicar los acontecimientos y diferenciar una época de otra, los historiadores dividen a la Historia de la Humanidad en períodos: la PREHISTORIA, que va desde la aparición de los primeros humanos (hace unos 2 o 3 millones de años) hasta la invención de la escritura (4.000-3.500 a.C.) y la HISTORIA escrita que llega hasta hoy. A su vez la Historia escrita se divide en épocas.
 
Las épocas de la Historia: 

Antigüedad: 3.500 a.C. – 476 d.C.

Edad Media: 476 – 1492

Época Moderna: 1492 – 1789

Época Contemporánea: 1789 - hoy 


Adaptado de Pensar la Historia 1. (2015). Ed. Contexto.
 
Tomado de MARTIN, J., LAMBIN J-M. y DESPLANQUES, P. Histoire-Géographie 6e. (1986). Ed. Hachette


El trabajo del historiador

¿Cómo trabaja el historiador?

El pasado se conoce a través de los vestigios que ha dejado. Por ejemplo: en un documento escrito como el de las Instrucciones del Año XIII, el historiador se plantea preguntas sobre lo que le interesa saber: ¿cómo fueron recibidas esas ideas en Buenos Aires?, ¿quiénes estaban en contra?, ¿por qué? Luego busca otros documentos y libros sobre el tema para encontrar las respuestas. La investigación histórica comienza con una o más preguntas que aún no tienen respuestas.
Una pregunta sin respuesta puede ser provocada por un hallazgo -como una tablilla escrita en un idioma desconocido-, pero también puede surgir de una nueva manera de analizar un tema ya estudiado.
Pensemos estas preguntas: ¿Los niños participaron en la Revolución Oriental?, ¿cuál fue su papel?. Estas preguntas, sobre las cuales no se ha estudiado mucho, son un buen comienzo para el historiador.
La primer tarea es buscar todo lo que se ha escrito sobre el tema. Cuando se ha reunido lo suficiente, el historiador formula una hipótesis, que es un intento de responder a la pregunta inicial. El historiador debe presentar pruebas que confirmen sus dichos, como objetos, documentos escritos o relatos orales.
Una vez que ha culminado estas etapas, el historiador debe expresar por escrito las conclusiones a las que ha llegado. Para ello redacta un texto en el que narra su versión de lo que ocurrió, donde escribe y explica lo que, según él, ocurrió. El historiador debe luego defender su obra antes sus colegas.

Las ciencias auxiliares

El historiador no trabaja solo. Necesita la ayuda de otras ciencias para poder entender y reconstruir el pasado. Dependiendo del período que esté estudiando, algunas ciencias le resultarán más útiles que otras.





domingo, 4 de marzo de 2018

¿Para qué sirve la Historia?

La Historia y su método de estudio

¿Qué es la Historia?



La Historia es una ciencia que estudia a los hombres en el tiempo pasado. Cuando estudiamos Historia debemos tener presente cuatro elementos: 

El tiempo: la Historia se refiere al pasado, más o menos remoto. Si hablamos de tu pasado, son 12 o 13 años; si nos referimos al pasado del Uruguay, nos remontaremos a casi 200 años. 

El espacio: tampoco es el mismo. La ciudad es diferente: las calles, las plazas, las casas... También hay diferencias entre el espacio en el que vivimos nosotros y la vida de otra persona, por ejemplo en el campo, o en una ciudad más grande, incluso en el desierto. 

Hechos y situaciones: cuando reconstruimos la Historia nos detenemos en el recuerdo de algunos acontecimientos que consideramos importantes, por ejemplo, la fundación de Montevideo. Pero la Historia nos cuenta también cómo se vivía en esa época, qué se comía, a qué se jugaba... 

Las personas: si hablamos de tu historia, vemos que todo gira en torno a tu persona: el día en que naciste, cuándo aprendiste a caminar, las peleas con tus hermanos. Si hablamos de la revolución artiguista, inmediatamente pensamos en Artigas. Pero, ¿la Historia está hecha sólo por personas importantes? ¿Y todos aquellos cuyos nombres no conocemos? ¿Quiénes acompañaron a Artigas?




¿Cómo se estudia y reconstruye el pasado histórico? 

Para poder reconstruir el pasado necesitamos pruebas o huellas de ese tiempo que nos permitan conocer cómo se vivía en él; a esos vestigios del pasado los llamamos FUENTES. Esas pruebas pueden ser de varios tipos: 
  • Documentos escritos 
  • Audiovisuales 
  • Restos materiales 
  • Restos fósiles 
  • Fuentes iconográficas 
Los historiadores cuentan con gran cantidad de documentos escritos en épocas pasadas. Se conservan, por ejemplo, cartas escritas por Artigas, Napoleón o papiros egipcios. Los documentos que fueron escritos en la misma época en que se produjeron los acontecimientos que se relatan son documentos históricos. Uno de los problemas que debemos afrontar en Historia es que no tenemos documentos escritos sobre todos los hechos que vamos a estudiar. Si pensamos en la historia de la humanidad, hace solo 6.000 años que se inventó la escritura. Muchos pueblos anteriores a ese hecho no la conocieron. Pero no por ello podemos perder su Historia. Por suerte tenemos otras pruebas que han dejado para nosotros.
  • Los audiovisuales pueden ser videos, grabaciones de voz, relatos transmitidos de padres a hijos, de generación en generación. Suelen ser tradiciones, explicaciones del mundo, cuentos y poesías. ¿De qué nos sirven? Piensa en los relatos de tus abuelos sobre tu infancia. No están en ningún libro, pero ¡qué interesantes resultan! También podemos estudiar el pasado a través de obras de cine, música y otros.
  • Los restos materiales también nos ayudan a reconstruir el pasado histórico. Para reconstruir nuestra infancia, puede ser un juguete; la juventud de nuestros abuelos, un vestido de novia; la época de Artigas, una lanza… Los restos materiales son muy valiosos cuando se trata de estudiar pueblos que no conocieron la escritura y de los que tampoco conservamos relatos orales.

  • Las fuentes iconográficas son las pinturas, los dibujos, las fotografías, de las cuales podemos extraer mucha información. Sólo debemos saber qué buscar en cada caso.

  • Los restos fósiles son todos los restos de animales, humanos y vegetales que se han fosilizado por el paso del tiempo. Ayudan a reconstruir tanto el aspecto como la forma de vida que pudieron tener.